Mejorar las habilidades del lenguaje en un bebé incluso antes de que se arranque a hablar es posible. Así lo cree un grupo de científicos de la Universidad de Rutgersen (New Yersey, EEUU), quienes aseguran que un entrenamiento durante los primeros seis meses de vida incrementa la capacidad de distinguir un mayor número de sonidos diferentes -de distintos idiomas- y, por lo tanto, de reproducirlos.
Precisamente durante este semestre, argumentan los autores en su estudio, es cuando los bebés pueden reconocer cualquier sonido del mundo. Se puede decir que tienen una capacidad infinita. Los bebés "no tienen ninguna restricción al oír pero esta capacidad la pierden muy rápido. A los seis meses empieza a reducirse esta facilidad para distinguir los sonidos", argumenta Clara Martín, investigadora del centro de Neurociencia Cognitiva del Lenguaje (Basque Center on Cognition, Brain and Language -BCBL-), situado en San Sebastián. A partir de entonces, el oído se limita y se va adaptando, sencillamente, a los sonidos que escucha día a día.
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